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Profa. Pons
Repaso de Pruebas M.E.T.A.
27/abril/21.
Las personas hurañas distorsionan a los demás: cultive y potencie su lado cordial.
Trabaje a favor de la salud.
Uno de los principios de la medicina naturista para solucionar los problemas orgánicos, consisten en “trabajar a favor de la salud en vez de luchar contra la enfermedad”.
“En el caso de las personas hoscas, ariscas o esquivas con los demás, este precepto se traduce en cultivar y desarrollar todo lo posible su lado más amable y cordial, que está dentro de ellas, esperando salir a la luz para producirles un bienestar que les niega su conducta antisocial”, señala la psicóloga clínica y psicoterapeuta naturista Mahendri Marqués.
“Además de aplicarse a algunas medicinas alternativas, como la fitoterapia o las Flores de Bach, este principio de que no hay que combatir una faceta negativa sino que hay que incidir en favor de su opuesto positivo, también tiene un fundamento en el terreno psicológico”, señala Marqués.
Viva y disfrute de la cordialidad
La experta explica que “dado que la mente hace aumentar el asunto en el que se enfoca, si nos centramos en nuestra falta de roce social lo agrandamos y nos parece cada vez más irresoluble. Si nos centramos en la cordialidad, la potenciaremos y nos sentiremos más animados y estimulados porque, de alguna manera, ya comenzamos a vivirla y disfrutarla”.
“Algunas personas desear vivir alejadas de los demás, creen que no necesitan a nadie y se comportan de modo que es muy difícil tratar con ellas. Se distancian de las relaciones sociales y limitan la expresión de sus emociones, evita el compromiso y las relaciones profundas”, explica la psicóloga clínica Laura García Agustín.
“Estas personas denominadas hurañas, tienen actitudes y comportamientos que las alejan de cualquier contacto social, o que lo convierten en algo desagradable para quien lo recibe.
Aunque les cueste reconocerlo o comunicarlo, el alejarse de la gente resulta insatisfactorio para ellas” señala la experta.
Según García Agustín “los huraños suelen enmascarar sus sentimientos y no los expresan casi nunca, de forma verbal ni física. Cuando tienen que relacionarse, su comportamiento es abiertamente hostil, con expresiones toscas, cortantes”.
“Las personas que se mantienen al margen de los demás tienen dos opciones: acabar aisladas, ejerciendo solo su malhumor con aquellos que se dejan y viendo como se profundiza su malestar, o bien a intentar poner solución al problema aprendiendo una forma de comportamiento alternativa”, concluye.